Mundo Mondoni | 27 nov 2024
EL COMPORTAMIENTO DE LOS PADRES EN EL DEPORTE
Por: Por el Doctor Maurizio Mondoni /Traducción al español por Carlos Fernando García
Los principales estudios de carácter psico-pedagógico llevados a cabo sobre la temática padres-hijos deportistas han evidenciado que algunos comportamientos de los padres juegan un papel muy importante en el refuerzo positivo de la práctica motriz y deportiva de los niños.
El primero es, seguramente, el soporte material y logístico relativo a la práctica de la actividad (secundar sus deseos, pagar la inscripción al curso, acompañar a los hijos en el auto y demás). una señal posterior de disponibilidad de los padres está constituida por el interés manifestado en virtud del tipo de deporte practicado por sus hijos y al nivel de aprendizaje logrado.
Los estilos educativos de la familia orientados a dar aprobación a las actividades de los hijos, brindar su apoyo, incitar a superar de manera autónoma las dificultades que se encuentran, a perseverar en la tarea hasta obtener una solución, a emprender nuevos caminos y nuevas formas de abordar un problema tomando como referencia su propia experiencia, la intuición y la creatividad, favorecen el crecimiento de una elevada motivación hacia el éxito, tan indispensable para su afirmación en la competencia.
La participación de los padres en la actividad deportiva de los hijos es necesaria, no solamente como soporte práctico, sino especialmente por el motivo que la presencia continua de un padre involucrado permite que la experiencia deportiva del hijo sea metabolizada positivamente.
Una intervención excesiva de los padres a menudo es dañina. Un padre excesivamente involucrado superpone sus propias expectativas y deseos a los de sus hijos.
Los encuentros deportivos de los hijos son vividos por los padres como propias. si el hijo gana es como si hubiera ganado él, si el hijo pierde es él quien ha perdido.
Frecuentemente el padre está demasiado interesado en los resultados y no en el hecho que los hijos se hayan divertido o no con la práctica deportiva. Se tiende a entrometerse en las decisiones de los hijos en cuanto a la decisión de practicar un deporte en lugar de otro, cargando al hijo de expectativas y ansiedades el día de la competencia, poniéndolo más nervioso de lo necesario.
A veces se detiene a hablar con el técnico de programas de entrenamiento, estrategias de juego, decisiones que deben tomarse e impone a los hijos entrenamiento extra y a veces también propone soluciones técnicas diferentes a las planteadas por el entrenador.
Se siente en competencia con el entrenador, pone en discusión la autoridad de éste, da consejos técnicos al hijo durante el partido, insulta al árbitro si toma una decisión negativa en contra de su hijo.
A veces el fanatismo de los padres es exagerado y violento, no es equilibrado y es deseable que los padres también (además de los técnicos) sean formados: El padre debe hacer su papel de padre y no de entrenador o de árbitro o de dirigente.
Prácticamente es como si el padre tuviera la necesidad de las victorias de su hijo para sentirse "alguien".
LOS PADRES:
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Deben ser ante todo Educadores.
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Deben transmitir a sus hijos una correcta cultura motriz y deportiva.
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Deben promover en los hijos una justa motivación para la práctica deportiva.
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No deben estar excesivamente involucrados.
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Su presencia en los entrenamientos y los partidos debe ser discreta.
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Evaluar cuando para sus hijos es el momento de jugar al deporte y cuando es el momento de escoger el deporte que ha de practicar.
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Tratar a sus hijos de manera sana y correcta.
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Educarles para la victoria y para la derrota.
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Crear una atmósfera serena que favorezca su crecimiento psico-somático y su participación.
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Asegurarse que su actitud esté ajustada con lo que se pide al niño.