Formación | 10 nov 2024
EL BASKIN (II)
Por: Por el Doctor Maurizio Mondoni /Traducción al español por Carlos Fernando García
Como se juega: Los fundamentos y las fases del juego
El Baskin nace con la idea de permitir al mayor número de personas posible participar en el juego, gracias a tres ideas fundamentales.
La primera es que se deben cambiar las reglas para adaptarlas a las personas y no al contrario y es necesario cambiar las estructuras en las que normalmente se practica el deporte para prever la posibilidad de expresión de todos. En el Baskin los cestos no son dos como en el basket sino seis, entonces no hay ya un solo grado de libertad, sino dos. Esta característica introduce un dinamismo y una imprevisibilidad en el juego, pues de hecho ni los espectadores ni los jugadores pueden saber en cual canasta de deberá lanzar.
En la cancha dos zonas situadas en la mitad del campo son reservadas a los individuos con dificultad motriz, que no pueden correr y que de otra forma estarían desfasados respecto a las acciones del juego, manteniendo posible su participación con prontitud y en el tiempo justo. Estas áreas están reservadas a los pívot y jugadores con posición 1 y 2.
La segunda idea fundamental es la diferencia de las reglas con base a los roles. Por ejemplo, los número 5 podrán hacer un máximo de tres lanzamientos por tiempo, limitación que saca a flote una habilidad del jugador, que es la de escoger sus propios tiros a la cesta tomando la mejor decisión.
Otra diferencia entre los roles es que en los cestos de mitad de campo –ubicados a una altura inferior con respecto a los normales, involucrando personas que no pueden desplazarse de manera autónoma– pueden tirar a la cesta solamente los jugadores de posición 3 y los pívot, y sus lanzamientos tienen lugar en el momento justo, sin ralentizar el ritmo de juego.
El ingreso en las zonas protegidas –es decir en las áreas de las cestas laterales donde se emplazan los pívot– es permitido a otros jugadores sólo para transportar el balón. Sus lanzamientos deben ejecutarse dentro de un límite máximo de 10 segundos y sin defensa. Las cestas convertidas valen dos o tres puntos según la posición, para los jugadores de posición 2. o de la habilidad para anotar sin repetición para jugadores de posición 1.
El Baskin es verdaderamente un deporte, en el cual todos tienen derecho a ser protagonistas, pero deben estar capacitados para serlo. La capacidad del integrante del equipo de Baskin se percibe particularmente viendo como cada rol es reforzado con la presencia del otro: Jugadores así de diversos pueden constituir un equipo. De este modo se valorizan las funciones residuales y se estructuran las reglas que permiten el pleno respeto de la dignidad de todos, permitiendo que todos puedan ser determinantes, talentosos y entrenados.
Un equipo debe disponer de un jugador pívot, que deberá situarse en las zonas medias ubicadas entorno a los canastos más bajos. Debe tener cuando menos dos jugadores de rol 5 y entre los jugadores de posición 4 y 5, por lo menos un integrante de género femenino.
Los otros jugadores alineados deben tener un número de posiciones tal que la suma de todos los números de los roles no excedan el valor 23. los demás roles 3 y 4 regulando las dificultades en una fase intermedia entre el pívot y los números 5. En total se deben alinear seis jugadores por cada equipo.
Asignando roles diversos que puedan permitir la expresión de todas diversas tipologías de personas, introduciendo áreas con significado propio que permitan el respeto de la fragilidad de equilibrio y desplazamiento, utilizando estructuras diversas según las tipologías de personas y reglamentando la convivencia se logra alcanzar la utopía: el deporte integrante.
Antes que presumir de enseñar los fundamentos, la técnica y la táctica de un deporte en necesario aprender a conocer los individuos a los cuales transmitir nuestras competencias.
Cada individuo tiene su propia personalidad que es la síntesis original, dinámica y relativamente estable del modo de ser y de comportarse de un sujeto.
La personalidad aparece como un resultado único e irrepetible, porque aunque si cada mundo interior fuera potencialmente dotado con los mismos elementos, único e irrepetible es el orden con los cuales ellos evolucionan y se organizan.
En cada caso la búsqueda del desarrollo paralelo de todos sus aspectos favorecen la construcción de una personalidad que es única y que sobre todo en las personas con inhabilidad necesita de un cuidado y atención particulares.
La originalidad depende del hecho de que cada uno de nosotros es diferente del otro y el dinamismo depende del hecho que es una evolución continua con base en las experiencias vividas.
La personalidad es influenciada por la interacción entre la genética y las condiciones socio-ambientales y ciertamente en referencia a estas últimas, ahora se afirma con certeza que pueden favorecer, inhibir o bloquear las etapas de maduración, sean fisiológicas o psicológicas.
Como en cualquier otro deporte de conjunto, también en el Baskin, los aprendizajes fundamentales son aquellos técnicos y tácticos propios de la disciplina que se construyen sobre las habilidades, las cualidades y competencias motrices de los protagonistas.
Los factores a desarrollar son todos aquellos aspectos que tienden a construir la personalidad y forman las actitudes y los comportamientos de cada individuo, sean estos normodotados o discapacitados, como el aspecto relacional con los compañeros, con los adultos y con las situaciones propuestas en el campo deportivo.
El aspecto técnico, es decir la expresión del bagaje motor, coordinativo y expresivo de cada acto, es el logro del objetivo de juego.
La técnica es el conjunto de habilidades deportivas de una disciplina, es decir, el conjunto de los fundamentos, seleccionados de manera automatizada.
Cada jugador puede llegar al objetivo utilizando los medios físicos, antropométricos y biomecánicos que le son propios.
La técnica constituye además el conjunto de los movimientos que más frecuentemente se manifiestan durante una competencia respetando las reglas del juego.
Cada individuo tiene su estructura física y mental distintas a las de los demás: Tiene palancas diferentes. estatura y peso diferentes, tiene una movilidad articular diferente, no tiene el mismo sistema nervioso transceptor de los impulsos, ni los mismos núcleos grises, ni los mismos cuerpos estriados, por lo tanto hará los gestos deportivos de manera personal y quizá formal y estéticamente no sean perfectos, pero lo importante es que sean, sin embargo, eficaces y rentables.
Es también cierto que el buen control automatizado del gesto técnico permite al jugador poner mayor atención al ambiente externo, es decir, a otros componentes del juego y a los propósitos del juego mismo.
Las habilidades técnicas son los fundamentos sobre los que se construye la acción del juego y la calidad con la que se expresan influyen en las posibilidades de éxito de ciertas intenciones tácticas, sean estas individuales o colectivas.
El desarrollo del aspecto funcional está directamente relacionado con el aprendizaje de la táctica. Eso representa el presupuesto indispensable para la adquisición de aquellas nociones espacio-temporales unidas a cualquier acción de juego, bien sean efectuadas con balón o sin éste.
Los aspectos funcionales a desarrollar son la coordinación dinámica general al propio nivel, utilizando los esquemas motores de base, la percepción de su propio cuerpo estático y en movimiento, tomando conciencia de trabajar mucho en sus sentidos, sobre todo, vista, tacto, oído, propioceptores, sensibilización constante con los materiales de trabajo, ajuste al tiempo y al espacio. Finalmente, el aspecto físico con el desarrollo de las capacidades condicionales, teniendo en cuenta la capacidad individual y la exigencia motriz requerida en los diversos roles.