Mundo Mondoni | 26 oct 2024
EL CEREBRO (IV)
Por: Por el Doctor Maurizio Mondoni /Traducción al español por Carlos Fernando García
Estudios recientes han demostrado que, aunque en el hombre se cuentan 4 millones de células cerebrales más, las mujeres obtienen en los test de inteligencia general, resultados un 3% superiores a los hombres.
En la mayoría de los hombres se evidencia un área específica para la orientación, por lo que es una competencia que para ellos resulta más fácil y disfrutan de esta habilidad cuando planifican (sentido de la orientación mejor que en las mujeres).
En las mujeres prevalece normalmente la zona cerebral correlacionada al lenguaje creativo.
Cerebro derecho y cerebro izquierdo inician a afinar sus dominancias, en términos generales, en la edad del desarrollo. al inicio las habilidades de los hombres y las mujeres son muy diferentes.
El hemisferio derecho y el izquierdo se desarrollan sobre la base de “preferencias cerebrales”, que a su vez son la respuesta del individuo a la estimulación ofrecida por el ambiente familiar y cultural.
Quizá las competencias espaciales sean superiores en los varones por motivos de orden filogenético , ligados a su evolución, iniciados en su competencia de cazador.
A los hombres de hoy no les es requerido (como a los hombres primitivos) cazar para sobrevivir, pero pueden utilizar tales competencias para jugar al fútbol, golf, tiro con arco, lanzamiento de bala, disco, jabalina, martillo, baloncesto, rugby y todas aquellas actividades deportivas para las cuales se requiere estimar coordenadas y “tirar o lanzar” para alcanzar un objetivo. Sin embargo en las mujeres hay un área específica del hemisferio derecho, útil para estas actividades deportivas y si esta área es entrenada, seguramente se podrán lograr resultados satisfactorios.
Las habilidades espaciales permiten a los varones girar mentalmente un mapa, sabiendo donde están, dirigiéndose y sabiendo también como regresar al punto de partida.
Los estudios hechos confirman que el cerebro masculino calcula la distancia y la velocidad para conocer cuando cambiar de dirección. Además, está demostrado que los hombres obtienen mejores resultados el ojo izquierdo vendado, de manera que sólo el ojo derecho pueda recibir la información, para transmitirle directamente al hemisferio izquierdo, en el cual son procesados los datos espaciales.
En los varones el hemisferio derecho se desarrolla a una mayor velocidad que el izquierdo, porque mientras el hemisferio derecho desarrolla un mayor número de conexiones, el izquierdo desarrolla pocas.
En las mujeres, los dos hemisferios se desarrollan a igual ritmo y es por esto que las niñas están en capacidad de realizar un “abanico” de actividades más rico que los hombres.
La cantidad de interconexiones creadas en los dos hemisferios, es consecuente a la dimensión del cuerpo calloso, particularmente el mismo en las mujeres. Este es también el motivo por el cual hay más mujeres ambidextras que hombres y más niñas que no saben distinguir la derecha de la izquierda y viceversa.
Es la testosterona la que frena el crecimiento del hemisferio izquierdo en los hombres, pero permite desarrollar mayormente la zona del hemisferio derecho, en la cual se localiza la habilidad espacial.
No es correcto hacer una marcada distinción entre los ejercicios que se presentarán a los varones y aquellos que se presentarán a las chicas, porque los ejercicios-juego y los juegos bien programados sirven tanto para los varones como para las hembras.
En ocasiones del aprendizaje de un gesto técnico, el modelo debe ser perfectamente definido en su forma.
Se pone solamente el problema del modo de comunicación del modelo, de manera tal que el sujeto puede tener una representación mental fiel, que le permite conducir el mismo su aprendizaje.
La organización temporal y la percepción del ritmo
Quien tiene experiencia de Educación Física y Deportiva en la Escuela Primaria y en los Centros de Minibasket sabe que infundir el sentido del ritmo a los niños es una ardua empresa. se requiere de mucha paciencia.
La música ayuda mucho a mejorar el sentido del ritmo, en el Minibasket todo es viable, por ejemplo hacer oír la música sin letras al inicio de las lecciones durante la fase de activación con y sin balón.
Recuerdo que con ocasión de un clinic que tuve en Argentina, pude observar a muchos instructores trabajar con música de fondo.
Infundir en los varones el sentido del ritmo es una labor complicada, porque la representación femenina es sobre todo holística, en conjunto.
El sonido marcado habitúa a las chicas a controlar y dimensionar la velocidad del movimiento, mientras en los varones la música desarrolla la sensibilidad para las expresiones contenidas en las coreografías.
En las piernas de las chicas hay un menor número de fibras musculares blancas, por lo tanto, poco reactivas al arranque de impulso, este es uno de los motivos por los que la mayoría de las chicas no escoge una disciplina deportiva que requiera este tipo de reacción instantánea.
La vista y la motricidad
El ojo es una extensión directa del cerebro, porque llegamos a la visión, gracias al significado que el cerebro asigna a las percepciones recogidas por los foto-receptores que están contenidos en la retina, situada en la parte posterior del ojo.
Entre los foto-receptores recordamos los bastones, que discriminan entre el blanco y el negro y los conos, que nos permiten reconocer los demás colores.
Es el cromosoma X el que porta los conos, las mujeres tienen dos cromosomas X y es por esto que tienen una mayor variedad de células cónicas.
Los hombres habitualmente describen los colores en términos generales, las mujeres los describen de manera más detallada..
La diferencia del ojo humano, respecto al de los primates, es la cantidad de superficie blanca y esto permite un movimiento ocular más amplio y direccionable y una comunicación cara a cara fluida.
Los ojos de la mujer tienen una superficie blanca más amplia que la de los hombres y por esto envían y reciben un número mayor de señales en la comunicación interpersonal.
Por esto, las mujeres tienen una visión periférica superior a la de los varones y el origen de esta habilidad se debería a la función femenina primaria de la protección del núcleo familiar. La estructura cerebral femenina permite gozar de una visión clara de por lo menos un 45% más que los hombres, por cada lado de orientación: arriba, abajo, derecha e izquierda y todo esto conlleva a las mujeres a ser capaz de emplear una visión periférica cercana a los 180 °.
A través de la vista arriba a las mujeres una cantidad inmensa de información que el cerebro debe analizar. Las mujeres tienen una percepción visual más amplia y menos profunda que los hombres, pueden ver mejor en la oscuridad y son capaces de percibir mejor éstos, las señales de angustia y sufrimiento, de expresión y de comportamiento.
Los varones tienen ojos más grandes respecto a las mujeres y una configuración de la vista cilíndrica, adaptada a las grandes distancias. El hombre puede visualizar claramente y con precisión todo aquello que está frente a sí. Su sentido primario de la caza le ha predispuesto a ver y seguir a los animales a la distancia.
El hecho de no poseer una amplia visión periférica le ha permitido aprender a concentrarse en un solo objetivo.
En el hemisferio frontal del cerebro masculino, está presente una competencia que permite separar, identificar y orientar el movimiento (distancia-velocidad) de otros objetos a distancia, incluso con escasa luz. Estas particularidades permiten a los niños una mejor evaluación de los movimientos espaciales del grupo, característicos de algunos deportes.