Mundo Mondoni | 21 jun 2024
Entrena y educa
EL “ENTRENEDUCADOR"
En el minibasket TODOS los niños deben jugar.
Por: Dr. Maurizio Mondoni/Traducción Carlos Fernando García
El arte de enseñar
En el mundo del deporte actual, a nivel de las categorías de formación, orbitan muchas figuras y personalidades con diferentes funciones que deben contribuir al bienestar psico-físico del atleta joven: uno de ellos es el entrenador.
Es un hecho que la definición de entrenador técnico es anticuada e inservible; en efecto, hay una necesidad de enriquecer las connotaciones y significados profundos en virtud de la idea de que el deporte debe ser parte de un entorno de vida para los jóvenes.
Conjugar dos verbos en el mundo del deporte hoy en día, cómo son entrenar y educar no es fácil, pero el término que he inventado es el adecuado: “Entreneducador”.
Educar entrenando
Educar-entrenando implica no caer en el aprendizaje esquemático y memorístico. Debe revaluarse la relación maestro-educando y sobre todo es necesario conocer los diferentes métodos de comunicación; no es posible aprender sin saber lo que se aprende, no es prudente caer en el excesivo tecnicismo.
Entrenar es difícil, entrenar–educando es aún más difícil.
Educar entrenando requiere de una madurez que no se puede adquirir en poco tiempo, ni leyendo un libro o asistiendo a un curso de capacitación para entrenadores, cómo tampoco asistiendo a clinics orientados por otros entrenadores.
Esta madurez se alcanza a través de la experiencia, la tenacidad, los errores, la autocrítica, la comparación con los demás y la humildad, sabiendo que nos enriquece constantemente el aprender y escuchar a los demás.
Instruir es muy importante, entrenar es significativo, educar es fundamental.
El deporte moderno está orientado hacia la persona que asiste y no a la persona que toma parte.
Es importante proponer una cultura auténtica, donde la educación,la instrucción y el entrenamiento estén en estrecha simbiosis, es importante conocer a fondo aquello que se quiere enseñar, para transmitir y promover la didáctica a través de la enseñanza que se convierta en una cultura a través de propuestas operativas.
Incluso si se sabe todo acerca del deporte que se enseña y no se conocen las personas (en todo sentido) a las que se está enseñando y no se conocen los diferentes métodos de enseñanza, apropiados para las diferentes edades, no se puede pensar en absoluto ser buenos Entreneducadores.
Un buen Entreneducador, para educar, enseñar, instruir, entrenar, debe:
Un buen Entreneducador, para educar, enseñar, instruir, entrenar, debe:
- Ser dinámico, abierto, tenerse en buena estima (autoestima);
- Tomar una posición contra el cognitivismo y la hiperinstrucción y exaltar, en cambio, la educación integral de la persona.
- Conocer las motivaciones y los diferentes métodos de aprendizaje de los jóvenes;
- Programar la sesiones y conocer como se educan y desarrollan las habilidades y destrezas motrices y las técnicas fundamentales de la disciplina que enseña;
- Pensar que los jóvenes no son los recipientes para llenar con ejercicios, esquemas y tácticas, sino personas que tienen el derecho a decidir, a cometer errores, a probar ganar y perder, a explorar su creatividad e imaginación motriz, ayudarles a descubrirse, obligarles a pensar, proponerles “situaciones-problema” para resolver y no proporcionarles de manera inmediata soluciones predeterminadas para memorizar.
- Motivar, recompensar, no transmitir ansiedad y estrés. Tener un nivel alto de atención durante los entrenamientos.
- Tener autoridad, credibilidad; ser innovador, paciente, agradable y tener vocación de liderazgo.
- Conocer su propio rol al interior del grupo o equipo y creer en las bondades de su propio trabajo.
- Poner su conocimiento al servicio de los demás para hacerles crecer
- Estar en grado de demostrar, explicar y corregir en el momento justo;
- Ser un modelo entre tantos modelos que el niño, el joven, el muchacho, el adolescente encuentra durante la edad evolutiva y de los cuales debe tratar de tomar aquello que les sirve para formar su propio carácter y personalidad.
- Conocer rápidamente el grupo, saberlo interpretar y administrar;
- Ser un buen comunicador, hacerse aceptar y aceptar a los demás, dejándoles ser siempre ellos mismos.
- Educar el agonismo(2), entendido como el deseo de competir y que no debe confundirse con el antagonismo (vencer a cualquier costo). El agonismo debe ser vivido como una experiencia de crecimiento personal y de conciencia;
- Entender que entrenar no significa solo enseñarles la ejecución de la técnica de un movimiento o de una disciplina y perfeccionarles, es también vivir juntos, establecer vínculos afectivos y relaciones profundas que van más allá de los aspectos técnicos.
- Enseñar a través de la didáctica y no a través del didactismo. La didáctica de la enseñanza debe ser una provocación a pensar. Va de lo simple a lo complejo, de lo conocido a lo desconocido; el didactismo es una receta que no obliga a pensar , la didactica, en cambio, anima a la reflexión, al pensamiento a la meditación y a la verificación;
- Transmitir cultura (y no sólo la deportiva) a sus estudiantes, atletas y jugadores. La cultura es la síntesis armónica del conocimiento de una persona, junto a su sensibilidad y su experiencia; la cultura motriz y deportiva es la síntesis armónica del conocimiento de una persona, junto a su sensibilidad y su experiencia motriz y deportiva. La ética es el vivir y aplicar todo esto de manera correcta. Los estamentos que deben transmitir cultura y ética son: la familia, la escuela y la sociedad deportiva.
Si un Entreneducador funciona, los jóvenes tendrán un gran respeto por él, se sentirán a gusto, aprenden bien, lo admirarán y darán lo mejor de si.
Con esta intervención he querido “enfocar” –a través de la lente de mi experiencia madurada primero como atleta y luego como profesor, instructor, entrenador, padre y panathleta(3)– la figura del Entreneducador y su maravillosa relación con sus alumnos.
El juego, el juego-deporte, y el deporte son derechos primarios de los niños, los adolescentes y los jóvenes.
Hoy, la enseñanza del juego y del deporte tienen la necesidad de Educadores verdaderos, que ayuden a producir “sin forzar la mano” (4) y en la medida de lo posible, no sólo buenos jugadores o campeones, sino también los futuros ciudadanos, generosos, pacientes, audaces, fuertes, flexibles, inteligentes, creativos, disciplinados y rebeldes al mismo tiempo, alertas, valientes y con una correcta cultura motriz y deportiva.
Notas del traductor
1El doctor Mondoni acuña el término “Alleducatore”, contracción de los términos allenatore y educatore (entrenador y educador).
2Palabra poco usada en español, que la Real Academia define como el espíritu noble de lucha.
3Miembro de Panathlon International, organización mundial, nacida en Italia, que promueve el olimpismo y el juego límpio en todas las disciplinas deportivas.
4 Expresión que equivale a “sin excesivo rigor o dureza”